miércoles, 9 de marzo de 2011

Sesión XV: El estructuralismo lingüístico en la antropología británica: Edmud Leach y Edwin Ardener / ASPECTOS ANTROPOLÓGICOS DE LA LENGUA: CATEGORÍAS ANIMALES Y MENTADAS DE MADRE de Edmund R. Leach . Traducción de Leif Korsbaek ( texto en proceso de edición NO citar)

ASPECTOS ANTROPOLÓGICOS DE LA LENGUA: CATEGORÍAS
ANIMALES Y MENTADAS DE MADRE

EDMUND LEACH

El tema central de mi ensayo es el clásico tópico antropológico del tabú. En esta forma, el tema del tabú no forma parte del tradicional campo de discurso de los psicólogos experimentales y, sin embargo, el argumento que presentaré tiene equivalentes psicológicos. Cuando los psicólogos discuten el mecanismo del olvido frecuentemente introducen el concepto de interferencia, la idea de que existe una tendencia a reprimir conceptos que tienen algún tipo de traslape semántico (Postman, 1961: 152-196). La tesis que presento depende de una hipótesis opuesta, o sea, que podemos llegar solamente a conceptos verbales distintos si suprimimos los preceptos liminales que se encuentran entre ellos.
El discutir los aspectos antropológicos de la lengua en el espacio que aquí me ha sido asignado es como escribir la historia de Inglaterra en treinta renglones. Me propongo atacar un tema específico, y no un tema general. Para el antropólogo, la lengua es parte de la cultura, y la mayor parte de los problemas del antropólogo tienen que ver con la comunicación humana. La lengua es uno de varios medios de comunicación, pero conjuntos de conducta acostumbrada son también medios de comunicación, y el antropólogo siente que puede, y en efecto debe, tener en mente ambos modos de comunicación al mismo tiempo.

LA LENGUA Y EL TABÚ.
Este es un simposio acerca de la lengua, pero mi tema gira en torno a la no lengua, en lugar de discutir cosas que se dicen y se hacen, deseo hablar acerca de cosas que no se dicen y no se hacen. Mi tema es acerca del tabú, expresión prohibida.
La literatura antropológica está atascada de descripciones y explicaciones sabias de prohibiciones e inhibiciones que son aparentemente irracionales, y lo mismo vale para la literatura psicológica. Esos tabúes pueden ser lingüísticas o pueden tener que ver con la conducta, y vale la pena notar que las sanciones protectoras son en gran medida las mismas en ambos casos. Si realmente me importara que la policía me arrestara en este momento, me podría desnudar o mentar una serie de maldiciones violentas y obscenas: ambos procedimientos serían igualmente eficientes.
Los tabúes lingüísticos y conductuales no solamente son sancionados de la misma manera, sino fácilmente se confunden: conducta sexual y palabras de sexo, por ejemplo. Pero esta relación de palabras y actos no es tan sencilla como parece, y la relación no es necesariamente causal. No es el caso que ciertos tipos de conducta sean tabú y que, en consecuencia, la lengua que se refiere a tales conductas que convierte en tabú. A veces las palabras mismas pueden ser tabúes por razones lingüísticas (fonémicas),  a relación causal b(si es que tal existe) es entonces revertida; un tabú conductual llega a reflejar un anterior tabú verbal. En el presente texto no llegaré más allá de tocar periféricamente a esta problemática compleja.
Un tipo de tabú bien conocido y puramente lingüístico es el juego de palabras. Un juego de palabras es cuando hacemos un chiste confundiendo dos significados aparentemente diferentes de la misma configuración fonémica. El juego de palabras parece chistoso o chocante porque reta un tabú que normalmente nos prohibe reconocer la ambigüedad de la configuración fonémica. En muchos casos esos tabúes verbales tienen aspectos sociales tanto como lingüísticos. En inglés – aunque me parece que en el inglés de los Estados Unidos no es el caso – la palabra queen tiene un homónimo quean. Fonéticamente no es posible distinguir una diferencia entre las dos palabras (kwin). La reina (queen) es la consorte del rey, o aún una soberana femenina en su propio derecho; quean significaba antes una prostituta y ahora denota por lo regular a un hombre homosexual. En el mundo no humano tenemos abejas reinas y brood queen cats, ambos indicando una espléndida fertilidad, pero una quean es una vaca infértil. Aunque se pretende que estas dos palabras sean diferentes, en efecto opuestas, realmente denotan la misma idea. Una queen es una hembra de estatus anormal en un sentido positivo virtuoso; una quean es una persona de carácter depravada o de sexo inseguro, una hembra de estatus negativo en un sentido vicioso y negativo. Sin embargo, en ambos casos su anormalidad compartida convierte a ambas en entes “supernaturales”; así también en la metafísica, los dos opuestos Dios y el diablo son ambos entes supernaturales. En este caso, el tabú que nos permite separar los dos conceptos ambiguos, de una manera que nos permita hablar de queens sin pensar en queans, y vice versa, es al mismo tiempo lingüístico y social.
Tenemos que fijarnos que el tabú funciona distinguiendo dos patrones fonéticos idénticos; no suprime los dos patrones por completo. No se nos prohibe decir kwin y, sin embargo, el patrón fonémico que se produce al sustituir la “n” dental por la “m” bilabial y acortar la vocal intermedia (qwim) es una de las obscenidades más imprimibles en la lengua inglesa. Algnos informantes norteamericanos me han asegurado que esta palabra ha sido tan completamente suprimida que no ha atravesado el Océano Atlántico en absoluto, lo que no parece ser totalmente cierto, ya que hay evidencias de diccionarios que parecen indicar lo contrario . Es difícil hablar acerca de lo que no se puede decir, pero espero haber planteado mi argumento inicial. Los tabúes son al mismo tiempo conductuales y lingüísticos, sociales y psicológicos, pero en mi calidad de antropólogo, me interesan en particular los aspectos sociales del tabú. Psicólogos analíticos de diversas escuelas se interesan particularmente por los tabúes individuales que se centran en las funciones orales, anales y genitales. Los psicólogos experimentales se pueden ocupar de fenómenos que son esencialmente del mismo tipo cuando estudian los procesos de olvidar, o diferentes variedades de inhibición muscular. Pero todas estas variedades de represión están hasta tal grado mezcladas en la red de la lengua que una discusión de cualquiera de los tres marcos, el antropológico, el psicológico o el lingüístico, nos lleva inevitablemente a considerar a los otros dos.

CATEGORÍAS ANIMALES Y MENTADAS DE MADRE.
En lo que queda de este texto, diré solamente poco acerca de a lengua en un sentido estricto, lo que se debe al carácter de mi problema. Discutiré las relaciones entre las categorías animales y las mentadas de madre. Es claro que es mucho más fácil hablar acerca de los animales que acerca de las mentadas de madre. Las obscenidades serán en su mayoría off stage, pero el escucho (y el lector) tiene que mantener la cabeza despejada. Exactamente de la misma manera en que queen está peligrosamente cerca de lo impronunciable, hay muchos animales muy familiares que se escapan del sacrilegio, o de algo peor, solamente por un fonema. En las acusaciones de brujería en Inglaterra durante el siglo XVII, con mucha frecuencia se alegaba que el diablo apareció en la forma de una perro (en inglés, dog, God – Dios – deletreado al revés). Todavía utilizamos este metátesis cuando hablamos del collar de un sacerdote como el “dogcollar”, en vez de cómo un “Godcollar” (collar de Dos). Así también, se requiere solamente un leve cambio de vocal para convertir el fox en el obsceno fux. Sin duda, en un cierto sentido todos estos hechos pueden ser considerados como accidentes lingüísticos, pero son accidentes que tienen una utilidad funcional en nuestra manera de usar la lengua en la vida cotidiana. Como mostraré en seguida, hay buenas razones sociológicas para que las categorías inglesas dog y fox, igual que la categoría inglesa queen, evocan relaciones de tabú en su cercanía fonémica.
Siendo antropólogo no pretendo entender los aspectos psicológicos del fenómeno del tabú. No entiendo qué es lo que pasa cuando una palabra o una frase o una conducta es sujeto a represión. Pero puedo observar lo que pasa. Puedo observar que cuando es violado un tabú, el resultado es un fenómeno social específico que afecta tanto al actor como a los que lo escuchan de una manera específica y describible. No hay necesidad de desarrollar este punto. El fenómeno es lo que tenemos en mente cuando hablamos de obscenidad. E términos generales, podemos dividir la lengua de las obscenidades en tres categorías: palabras sucias – haciendo referencia, por lo regular, al sex y a la excreción; blasfemia y profanidades; mentadas de madre animales – en las que un ser humano es equiparado con un animal de otra especie.
En el uso práctico no se hace una distinción nítida entre estas categorías. Así, algunos piensan que la palabra bloody, que es hoy un adjetivo de obscenidad light y para uso general, es asociada ala sangre menstrual, por lo que sería una palabra “sucia”, pero parece que proviene históricamente de una profanidad – by our Lady (por nuestra Señora). Al revés, la sencilla expresión damn – que ahora es supuesta como una abreviatura de damnation, y en consecuencia es una profanidad, ear antes goddam (la madre animal de Dios), una expresión que combina la blasfemia con las mentadas de madre animales.
Las palabras sucias no nos presentan problema alguno. Los psicólogos han producido explicaciones adecuadas  convincentes del porqué el foco central de la obscenidad más cruda se coloca por lo regular en el sexo y la excreción. Y tampoco la lengua de la profanidad y la blasfemia nos presentan problema alguno. Cualquier teoría acerca del carácter sagrado de los seres supernaturales tiende a invocar un concepto de sacrilegio que en su turno explica las emociones provocadas por la profanidad y la blasfemia. Pero parece que es mucho menos fácil explicar las mentadas de madre animales. ¿Porqué expresiones como you son of a bitch (hijo de perra) o puerco llevan las connotaciones que actualmente llevan?, cuando you son of a kangaroo (hijo de canguru) o you polar bear (hijo de oso polar) no tienen sentido en absoluto.
Escribo como antropólogo, y para un antropólogo este tema de abuso de animales tiene un interés fundamental. Cando el nombre de un animal es usado de esta manera como una imprecación, eso indica que el nombre en sí mismo es considerado como teniendo fuerza, lo que significa claramente que la categoría animal es de alguna manera tabú y sagrada, de manera que para un antropólogo las mentadas de madre animal forma parte de un campo de estudio muy amplio que incluye el sacrificio de animales y el totemismo.

LA RELACIÓN ENTRE LO COMESTIBLE Y LA VALORACIÓN SOCIAL
DE LOS ANIMALES.
El antropólogo observa en sus estudios etnográficos que en cualquier situación cultural dada algunos animales son el foco de actitudes rituales mientras que otros no lo son; además, la intensidad de la participación ritual de especies individuales es altamente variada. No es en absoluto obvio porqué tiene que ser así pero un hecho que es comúnmente relevante y se tiene que tomar en cuenta siempre es la definición de las especies en cuestión: si son comestibles o no.
Una hipótesis que subyace a las demás partes de este texto es que el uso de animales en mentadas de madres es siempre relacionado con o que Radcliffe-Brown llamaba el valor ritual de la categoría de animal en cuestión. Además asumo que este valor ritual es relacionado, de una manera todavía determinada, con tabúes y reglas acerca del matar a animales y del consumo de los mismos. Para hacer más fácil la ilustración del caso limitaré mi atención a categorías de la lengua inglesa. Postulo, sin embargo, que los principios que invoco son sumamente generales, aunque no necesariamente universales. Como un apéndice a mi argumento principal discutiré la aplicación de mi tesis a las categorías de la lengua kachin, hablada por ciertos grupos en los Altos del noreste de Birmania.
La palabra tabú no es una palabra auténticamente inglesa, sino una categoría importada de Polinesia. Su significado no está definido con precisión en el inglés vernáculo. Los antropólogos la usan para indicar prohibiciones que son explícitas y que son apoyadas por sentimientos de pecado y sanción supernatural a un nivel conciente, de lo que las regulaciones del incesto proporcionan un ejemplo típico. Las reglas contenidas en Levíticus XI, 4-47, que les prohibían a los israelíes comer una amplia variedad de “animales impuros” representan otro. Sin embargo, en este texto utilizaré el concepto de tabú alimenticio en un sentido más general, de manera que cubre cualquier clase de prohibición alimenticia, que sea explícita o implícita, conciente o inconsciente.

LA DETERMINACIÓN CULTURAL Y LINGÜÍSTICA DE LOS VALORES
DEL ALIMENTO.
El entorno físico de cualquier sociedad humana contiene un rango enorme de materiales que son al mismo tiempo comestibles y nutritivos, pero en la mayor parte de los casos solamente una muy pequeña parte de este ambiente comestible será de hecho clasificada como alimento potencial. Esta clasificación es cuestión de lengua y cultura, y no de naturaleza. Es una clasificación que tiene gran importancia práctica, y así se siente. Nuestra clasificación no es solamente correcta, es también moralmente correcta y prueba de nuestra superioridad. El hecho de que las ancas de las ranas son un manjar de los gourmets en Francia, pero en Inglaterra no son consideradas como alimento en absoluto provoca a los ingleses a llamar a los franceses “frogs” (“ranas”), con implicaciones de un fuerte desprecio.
Como una consecuencia de este tipo de discriminaciones culturales, la parte comestible del entorno por lo regular pertenece a una de tres categorías principales:
1 Sustancias comestibles que son reconocidas como alimentos y son consumidas como parte de la dieta normal.
2 Sustancias comestibles, pero que son prohibidas o que se pueden consumir solamente bajo condiciones especiales (rituales). Estas son sustancias que se encuentran bajo tabú conciente.
3 Sustancias comestibles que no son reconocidas, por la lengua y la cultura, como alimentos en absoluto. Estas son sustancias que se encuentran bajo tabú inconsciente.
Cuando los antropólogos discuten los tabúes alimenticios, por lo regular piensan solamente en la segunda categoría en mi esquema; piensan en ejemplos tales como la prohibición judía de la carne de puerco, la prohibición brahmina de la carne de res y la actitud cristiana al pan y vino sacramental. Pero la tercera categoría de sustancias comestibles que no son clasificadas como alimentos merece la misma atención. La naturaleza del tabú es totalmente distinto en los dos casos. La prohibición judía contra la carne de puerco es un asunto ritual y es explícita, y dice, en efecto que “la carne de puerco es alimento, pero no se les permite a los judíos comerla”. La objeción de los ingleses al consumo de perros es igualmente fuerte, pero sus premisas son diferentes: depende de la suposición categórica de que “la carne de perro no es alimento”.
Los perros son por supuesto perfectamente comestibles, y en algunas partes del mundo son criados para tal fin. Los seres humanos son comestibles también, aunque la mera idea le es abominable a un inglés. Creo que la mayoría de ingleses encontrarían igualmente abominable la idea de comer carne de perro, y creo que la objeción contra el consumo de perro es en gran medida una cuestión de categorías verbales. Existen contextos en el inglés coloquial en los cuales se puede pensar del hombre y del perro como pertenecientes a la misma categoría. El hombre y el perro son compañeros; el perro es el mejor amigo del hombre. Por otro lado, el hombre y alimentos son categorías antitéticas. El hombre no es alimento, así que el perro tampoco lo puede ser.
Nuestras categorías lingüísticas no son siempre nítidas y lógicas, pero los casos marginales, que al principio parecen ser excepciones a alguna regla general, a menudo son particularmente interesantes. Los franceses, por ejemplo, consumen carne de caballo. En Inglaterra, no obstante que a los perros se les puede alimentar con carne de caballo, es oficialmente clasificada como no apta para alimento humano y no se puede vender en la misma tienda donde se vende carne ordinaria. En Londres donde, no obstante el prejuicio de los ingleses, viven extranjeros degenerados que comen esta carne, la tienen que comprar en una tienda etiquetada como charcuterie y no como butcher (carnicero). Yo sugiero qe eso es completamente consistente con la muy particular actitud que los ingleses demuestran tanto para con los perros como para con los caballos. Ambos son criaturas supernaturales sagradas rodeados de sentimientos que son ambiguamente de temor y horror. Este tipo de actitud es comparable a una regla menos conocida pero mucho menos probable que establece que solamente se les permite consumir cisne y esturión a los miembros de la familia real, con la excepción de una ocasión anual, cuando se les permite a los integrantes del Colegio de San Juan (Saint John’s Collage) en Cambridge comer cisne. Siempre le encanta al editor del New Yorker recordarnos que “there will always be an England”.
Es evidente que todas las reglas, prejuicios y convenciones de este tipo tienen un origen social; y, sin embargo, los tabúes sociales tienen su contrapartida lingüística y, como mostraré pronto, esos accidentes de historia etimológica se acomodan de una manera muy sorprendente. En sus aspectos lingüísticos el caballo parece bastante inocente, pero lo mismo vale para el perro y el zorro. Sin embargo, en el inglés coloquial el horse es ‘orse o ‘oss, y en esta forma comparte con su compañero ass una incómoda aproximación al trasero humano .
Eso es entonces el problema. Los ingleses tratan ciertos animales como tabúes – sagrados. Su carácter sagrado se muestra de diversas maneras, parcialmente en comportamiento, como cuando se nos prohibe comer carne del animal en cuestión, parcialmente en lengua, como cuando una configuración fonémica colindante a la categoría del animal mismo constituye un foco de obscenidad, profanidad, etc. ¿Podemos adquirir alguna comprensión de la razón por la cual algunas criaturas son tratadas de esta manera?

EL TABÚ Y EL CARÁCTER DISTINTIVO DE LAS CATEGORÍAS
NOMBRABLES.
Antes de continuar, permítaseme darles un resumen de una teoría general del tabú que es en mi opinión particularmente satisfactoria y me ha servido en mi labor como antropólogo. Es una teoría que parece estar en armonía con los hechos psicológicos y lingüísticos. En la forma de su presentación aquí es “una teoría Leach”, pero tiene una gran cantidad de derivaciones evidentes, en particular las discusiones de Radcliffe-Brown de valor ritual, las ideas de Mary Douglas acerca de animales anormales y la versión de Lévi-Strauss dela dialéctica marxista-hegeliana en la cual se demuestra que los elementos sagrados del mito son factores que median entre las contradicciones.
Yo postulo que el ambiente físico y social que rodea a un infante es percibido como un continuo, y no contiene cosas intrínsecamente separadas. En el transcurso de su vida temprana al niño se le enseña a imponer a su entorno una especie de red discriminadora que sirve para registrar el mundo como un todo compuesto de un gran número de cosas separadas, cada una con una etiqueta con su nombre. Este mundo es una representación de las categorías de nuestra lengua, y no vice versa. Ya que mi lengua materna es el inglés, me parece evidente que bushes y trees son diferentes tipos de cosas. Yo no pensaría de esta manera si no fuera por el hecho de que así me lo enseñaron.
Ahora, si cada individuo tiene que construir su propio ambiente de esta manera, es de importancia crucial que las discriminaciones básicas sean claras y sin ambigüedades.  No puede haber absolutamente ninguna duda acerca de la diferencia entre yo y el, o entre nosotros y ellos. Pero ¿cómo logramos la seguridad de que hayamos alcanzado la discriminación, si nuestra percepción expone solamente un continuo? Nos puede ayudar un diagrama. Nuestra percepción no inhibida (es decir, no educada) reconoce un continuo (Figura 1).

Figura 1. La línea es una representación de la continuidad en la naturaleza.
En el mundo físico no hay interrupciones.

Se nos enseña que el mundo consiste en cosas que son distinguidas por medio de nombres, por lo que tenemos que acostumbrar nuestra percepción a reconocer un ambiente discontinuo (Figura 2).
Figura 2. Representación esquemática de lo que es nombrado en la naturaleza. Muchos aspectos del mundo físico quedan sin ser nombrados en las lenguas naturales.
Adquirimos este segundo tipo de percepción educada por medio de usar al mismo tiempo la lengua y los tabúes La lengua nos proporciona los nombres con los cuales se distinguen las cosas; el tabú prohibe le reconocimiento de aquellas partes del continuo que separa las cosas (Figura 3).
Podemos representar el mismo argumento mediante un diagrama Venn simplificado, utilizando solamente dos círculos. Que haya un círculo p que representa una categoría verbal particular. Que otro círculo p que representa el contorno de p del cual es deseable distinguir p. Si por una ficción imponemos un tabú sobre cualquier consideración del área de traslape que los dos círculos comparten, entonces podremos convencernos a nosotros mismos de que p y p son totalmente distintos, y hemos satisfecho la lógica de la discriminación binaria (Figura 4).

Figura 4 La relación entre la ambigüedad y el tabú.
Así que la lengua hace más que proporcionarnos una clasificación de las cosas, en efecto moldea nuestro ambiente. Coloca a cada individuo en el centro de un espacio social que es ordenado de una manera lógica y reconfortante.
En este texto me ocupo en particular de conjuntos de categorías verbales que distinguen áreas del espacio social en términos de “distancia de Ego”. Considere por ejemplo los tres conjuntos (a), (b) y (c).
(a) yo... hermana... prima... vecina.. extranjero
(b) yo... casa... granja... campo... lejos
(c) yo... animal de compañía... ganado... animal de caza... bestia
Para cada uno de estos tres conjuntos, las palabras, organizadas de esta manera, indican categorías que están progresivamente más alejadas del “yo”, pero creo que eso no es toda la explicación. Espero poder mostrar que, si denotamos estos conjuntos de palabras como
(a) A1 B1 C1 D1 E1
(b) A2 B2 C2 D2 E2
(c) A3 B3 C3 D3 E3
entonces el postulado relacional A1:B1:C1:D1:E1 es idéntico al postulado relacional A2:B2:C2:D2:E2 O el postulado relacional A3:B3:C3:D3:E3. En otras palabras, la manera de qué empleamos las palabras en el conjunto ©, un conjunto de animales, nos permite formular postulados acerca de las relaciones humanas que pertenecen al conjunto (a).
Pero avanzo demasiado de prisa. Regresemos a mi teoría del tabú. Si operamos de la manera que acabo de sugerir, de manera que percibimos el entorno como compuesto de cosas separadas solamente si suprimimos las no cosas que ocupan los espacios intersticios, entonces lo que es suprimido se vuelve particularmente interesante. Y eso aparte del hecho de que toda investigación científica es dedicada a “descubrir” aquellas partes del entorno que se encuentra en la línea que separa lo que “ya se sabe”, tenemos el fenómeno que los antropólogos y los psicólogos de varias maneras han descrito, en lo que cualquier cosa que sea tabú es el foco no solamente del interés especial sino también de la ansiedad. Lo que sea que es tabú es sagrado, valioso, importante, poderoso, peligroso, intocable, sucio e inmencionable.
La manera más sencilla de mostrar mi argumento es mencionar áreas diametralmente opuestas donde este estudio del tabú encaja con los hechos observables. Primero, las exudaciones del cuerpo humano son invariablemente el objeto de tabúes intensos – en particular heces, orines, semen, sangre de menstruación, cabellos, uñas, mugre del cuerpo, saliva, leche materna . Eso coincide con la teoría. Estas sustancias son ambiguas por lo menos de las maneras más fundamentales. El problema primero y continuo del nó es determinar la frontera inicial de su cuerpo. “¿qué soy yo y donde está la frontera que me separa del mundo?”, “dónde esta mi borde?”. En este sentido fundamental, las heces, los orines, el semen, etc., son al mismo tiempo parte de mi y no lo son. El tabú que resulta de eso es tan fuerte que, aún siendo un adulto que se dirige a una audiencia de adultos, no me puedo referir a estas palabras monosílabas que utilizaba cuando era niño, sino las tengo que traducir al latín. Pero, no es sencillamente que tenemos la idea de que esta sustancias sean sucias – son poderosas; en todo el mundo son exactamente estas sustancias los principales ingredientes de “medicinas” mágicas.
Al extremo opuesto, considere el caso de el carácter sagrado de los seres supernaturales. La creencia religiosa es en todas partes relacionada con la distinción entre lo vivo y lo muerto. Lógicamente, lo vivo es sencillamente la antítesis binaria de lo muerto; los dos conceptos son simplemente las dos caras de la misma moneda. No podemos tener una cara sin la otra, pero la religión siempre intenta separar las dos. Para hacer eso crea una hipotética otro mundo, que es la antítesis de este mundo. En este mundo la vida y la muerte son inseparables, en el otro mundo son separadas. Este mundo es habitado por hombres mortales e imperfectos; el otro mundo es habitado por no hombres inmortales (dioses). La categoría “dios” es construida como la antítesis binaria del hombre, pero eso es inconveniente. Un dios lejano en otro mundo puede ser lógicamente satisfactorio, pero es emocionalmente insatisfactorio. Para ser útiles, los dioses tienen que estar a la mano, así que la religión se dedica a reconstruir un continuo entre este mundo y el otro, pero fíjese de qué manera hace eso. El espacio entre las dos categoría lógicamente separadas, este mundo y el otro, está repleto de ambigüedad de tabú. El espacio está franqueado por seres supernaturales de una especie altamente ambigua – deidades encarnadas, madres vírgenes, monstruos supernaturales que son mitad hombre y mitad bestia. Estas criaturas marginales y ambiguas son específicamente acreditadas con el poder de mediar entre los dioses y los hombres, y son el objeto de los tabúes más intensos, más sagrados que los dioses mismos. En un sentido objetivo, a diferencia de la teología especulativa, es la Vírgen María, la madre humana de Dios, que es el objeto principal de devoción en la Iglesia Católica.
Así que de nuevo son las categorías ambiguas que atraen el máximo interés y las sensaciones más intensas de tabú. La teoría general del tabú aplica a categorías que son anómalas en comparación con oposiciones categoriales claras. Si “A” y “B” son dos categoría verbales, de manera que “B” sea definida como “lo que no es A” y viceversa, y exista una tercera categoría “C” que media entre esta distinción, así que “C” comparta atributos tanto de “A” como “B”, entonces “C”ºserá tabú.
Pero, regresemos a la cuestión de categorías animales y tabúes alimenticios en el inglés.

LOS ANIMALES Y LOS NOMBRES DE ALIMENTOS EN EL INGLÉS.
Nosotros, los hablantes del inglés, ¿cómo clasificamos los animales y cómo se relaciona esta clasificación a los problemas de matar y comer y mentadas de madres?
Parece que la discriminación básica estriba en tres palabras:
Peces: criaturas que viven en el agua. Una categoría muy elástica, abarca hasta crustáceas – moluscos.
Aves: criaturas bípedas con alas que ponen huevos (no vuelan necesariamente, piénsese en los pingüinos y los avestruces).
Bestias: criaturas terrestres cuadrúpedas.
Mire a la tabla 1. Todas las criaturas que son comestibles pertenecen a la categoría de pescado o ave o bestia. Pero existe un gran residuo de criaturas que son catalogadas como reptiles o insectos, pero todos los miembros de este residuo ambiguo son considerados como no comestibles. Aparentemente todos los reptiles e insectos son considerados como los enemigos del hombre sujetos a la exterminación más implacable. Solamente la abeja es una excepción pero, significativamente, a la abeja frecuentemente se le asigna poderes sobrehumanos en lo referente a inteligencia y organización. El tabú hostil se aplica con máxima fuerza a las criaturas que son más anormales en respecto a las categorías mayores, como las serpientes – animales terrestres sin piernas que ponen huevos.
El hecho de que las aves y los animales tienen la sangre caliente y que tienen relaciones sexuales “normales” hace hasta cierto grado que se parezcan al hombre. Eso muestra el hecho de que el concepto de crueldad es aplicable a aves y a bestias, pero no a peces. Cuando los animales domésticos de la granja son matados para alimento se tiene que llevar a cabo por métodos no crueles, en Inglaterra existen hasta ratoneros no crueles . Pero no hay nada malo en matar a una langosta echándola viva al agua hirviendo. Donde aplican los tabúes alimenticios religiosos afectan solamente a la carne de aves y bestias, criaturas de sangre caliente y casi humanas, por lo que los católicos comen pescado los viernes. En Inglaterra el único pescado sujeto a restricciones de matanza y consumo es el salmón. Este es un pescado anormal por lo menos en dos sentidos: tiene la sangre roja y es al mismo tiempo un pescado de agua dulce y agua salada. Pero los mamíferos están mucho más cerca al ser humano que las aves que ponen huevos. Las diversas asociaciones contra el trato cruel a los animales dirigen la mayor parte de su atención a las criaturas cuadrúpedas y, ya que el tiempo es escás, y haré lo mismo.
LA ESTRUCTURA DE LOS ALIMENTOS Y LAS TERMINOLOGÍAS DE
PARENTESCO.
Una vez tras otra los antropólogos hemos constatado que hay una tendencia universal a hacer asociaciones rituales y verbales entre el comer y tener relaciones sexuales, así que es una hipótesis plausible que la manera de clasificar los animales en referencia a su comestibilidad de algún modo corresponde al modo de categorizar a los seres humanos en regencia a relaciones sexuales.
Acerca de esta problemática los antropólogos han reunido una enorme cantidad de datos comparativos. La siguiente generalización ciertamente no es universal, pero tiene validez muy amplia. Desde este punto de vista, para cualquier “yo” masculino las mujeres jóvenes de su mundo social se dividen en cuatro clases mayores:
1 Las que están muy cerca – auténticas hermanas, siempre una categoría fuertemente incestuosa.
2 Las que son parientes pero no muy cercanas – primas hermanas en la sociedad inglesa, hermanas de clan en muchos tipos de sistemas que tienen filiación unilineal y una organización segmentaria de linajes. Como regla, matrimonio con esta categoría o es prohibida o fuertemente desaprobada, pero relaciones sexuales prenupciales pueden ser toleradas o aún esperadas.
3 Vecinos (amigos) que no son parientes, afines potenciales. Esta es la categoría de la cual “yo” por lo regular espera obtener una esposa. Esta categoría contiene también enemigos potenciales, a que a amistad y la enemistad son aspectos alternantes de la misma relación estructural.
4 Extranjeros distantes – se sabe de su existencia, pero no son posibles relaciones sociales de cualquier tipo.
Los ingleses colocan la mayoría de sus animales en cuatro categorías muy similares:
1 Aquellos que son muy cercanos – animales de compañía, siempre imposibles de comer
2 Aquellos que son domésticos, pero no muy cercanos – animales de granja, por lo regular comestibles, pero solamente en estado inmadura o castrados. Raras veces comimos un animal que es de granja y es sexualmente intacto y maduro .
3 Animales del campo, de caza – una categoría con la cual tenemos alternadamente relaciones de amistad y enemistad. Los animales de caza viven bajo custodio de los seres humanos, pero no son domesticados. Son comestibles en estado sexual intacto, pero son matados solamente durante determinados periodos de acuerdo con un juego de rituales de caza.
4 Bestias salvajes remotas – no son sujetas al control humano, no son comestibles.
Presentado de esta manera, parece que existe un juego de equivalentes:
Prohibición de incesto No comestible
Prohibición de matrimonio combinado con relaciones sexuales prenupciales Castración combinado con calidad de comestible
Alianzas matrimoniales, ambigüedad de amistad-enemistad Comestible en forma sexualmente intacta
Imposible relaciones sexuales con extranjeros Bestias remotas no son comestibles

Otra coincidencia de carácter lingüístico nos muestra que esta correspondencia entre las categorías de accesibilidad sexual y las categorías de comestibilidad.
Una coincidencia similar nos da la similitud fonémica entre venery y venerate que es reminiscente de la que rige entre queen y quean. El sexo y la autoridad son ambos fuentes de tabú (respeto), pero en sentidos inversos.
Una quinta categoría importante de animales ingleses, que atraviesa las otras categorías, y que es significativamente cargada de tabú es vermin. Según el diccionario, la definición de esta categoría es comprensivamente ambigua:
mamíferos y aves que hagan daño a los demás animales, la cosecha, etc., zorros, comadrejas, ratas, ratones, topos, búhos, insectos dañinos, piojos, gusanos parásitos, personas necias
El vermin se puede llamar también peste o plaga. Aunque el vermin y las plagas son intrínsecamente no comestibles, los conejos y las palomas, que son plagas cuando atacan la cosecha, también pueden ser clasificados como caza, y entonces se vuelven comestibles. Cuando se mantienen en espacios restringidos como animales de granja, estas dos especies también se vuelven comestibles. En un momento tendré más que decir acerca de las palomas.
Antes de continuar, permítaseme revisar la última parte de mi argumento de un modo diferente. Mi postulado es que hacemos distinciones binarias y luego mediamos la distinción por medio de una categoría intermedia (y cargada de tabú), así que:
P p y ~ p ~ p
hombre (no animal) hombre-animal (animales de compañía) no hombre (animal)
domesticado (amistoso) caza (amistoso-enemigo) salvaje (enemigo)

Ya hemos proporcionado algunas indicaciones de que el valor ritual (tabú) se agrega de una manera notable a las categorías intermedias animales de compañía y caza, acerca de los que adelante diré más, pero encontraremos que actitudes de tabú aún más intensas se revelan cuando consideramos a criaturas que encajan solamente en los espacios intersticios en el anterior esquema, es decir chivos, puercos y caballos, que no son cabalmente animales de compañía, los conejos que no son totalmente caza, y los zorros que son salvajes, pero en algunos aspectos son tratados como caza (véase la tabla 1 en el fondo).
En la tabla 2 he enumerado los nombres más conocidos de los animales más conocidos a los ingleses. Estos conjuntos de nombres exhiben ciertas características lingüísticas.
Casi todos los animales domésticos de compañía, animales domésticos y de caza tienen nombres monosilábicos: dog, cat, bull, cow, ox, etc., mientras que solamente raras veces los animales más lejanos tienen nombres monosilábicos. El vocabulario es más elaborado en la categoría de animales domésticos de la granja y menos elaborado en las categorías de animales domésticos no comestibles de compañía y animales de caza.
Los animales de la granja tienen términos diferentes para un macho intacto, una hembra intacta, una cría, una hembra inmadura, un macho castrado (es decir, bull, cow, calf, heifer, bullock, con variantes locales). Eso no nos puede sorprender, teniendo en mente las exigencias técnicas del trabajo en la granja, pero parece raro que el vocabulario de animales de compañía sea tan restringido. Del perro existe solamente dog, bitch, pup, y de estas bitch es en gran medida tabú y se utiliza raras veces; del gato existe solamente cat, kitten.
Si hay que distinguir entre los sexos en el caso de los animales de compañía, se puede decir bitch y tom cat, lo que significa que se supone tácitamente que un animal canino sea masculino y un animal felino sea femenino. En efecto, el gato y el perro conforman un par y aparentemente sirven de paradigma de esposo y esposa en pleito.
Entre los animales de caza, todos los machos son bucks y todas las hembras son does. Entre las bestias, en un pequeño número de especies distinguimos a los jóvenes como cubs, y en un número todavía más limitado distinguimos a la hembra como un variante del macho: tigre – tigres, lion – lioness, pero casi todos carecen de indicación de sexo. El zorro es un caso excepcional en todos respectos: es monosilábico, el macho es dog, la hembra es vixen, y el joven es cub. Los elefantes y algunos otros “animales de jardín zoológico” son distinguidos como bulls, cows y calves, un préstamo directo del conjunto de animales de granja.
Un uso curioso nos sugiere que nos causa vergüenza matar cualquier animal de cierto tamaño. Como muerto, el bullock se convierte en beef, el pig se convierte en pork, sheep se convierte en mutton, calf en veal, y deer en venison. Pero los animales más pequeños guardan el mismo nombre: lamb, hare y rabit, y todas las aves son iguales, vivas y muertes. Los chivos son “casi de compañía” y, en consecuencia, la carne de chivo es casi incomestible (para los ingleses). Un ama de casa inglesa se enfurecería si pensara que su mutton fuera de chivo.

LAS MENTADAS DE MADRE Y LAS COSTUMBRES DE COMER.
La mayoría de los nombres monosilábicos que denotan animales familiares pueden servir también para describir las cualidades de seres humanos. Este uso puede ser peyorativo, pero no lo es siempre. Bitch, cat, pig, swine, ass, gota, cur (dog) son insultos, pero lamb, duck y cock son amistosos, hasta afectuosos. Los animales cercanos pueden servir también como eufemismos casi obscenos para señalar las partes inmencionables de la anatomía humana. Así que cock es penis, pussy es cabello púbico femenino, y en los Estados Unidos ass es arse.
El principio de que los animales cercanos y familiares tienen nombres monosilábicos es tan general que las pocas excepciones merecen nuestra atención. El uso de términos fonéticamente complejos para animales “cercanos” parece ser invariablemente el resultado de una sustitución eufemística por una palabra tabú. De esta manera la palabra donkey ha sustituido ass, y rabbit ha sustituido coney, palabra que sobrevive solamente en el comercio de pieles donde se pronuncia de manera que rima con Tony, pero etimológicamente es derivada del latín cuniculus, y el conejo del siglo XVIII era un cunny, peligrosamente cerca de cunt, una palabra que se volvió imprimible solamente con la publicación de la novela “Lady Chatterley’s Lover” de D. H. Lawrence en …. Es interesante que mientras que mientras que el cunny adulto ha cambiado a ser el conejo inocente, el lenguaje de los bebés lo ha guardado como bunny. Estimo que en el Nuevo York de hoy, un Bunny Club se parece en algo a un Cunny House londinense del siglo XVIII .
Aparentemente algunos animales tienen una carga exagerada e injusta de maldición. Es cierto que el puerco en general se alimenta de carroña, pero lo mismo es cierto de la naturaleza del perro, y realmente no es racional que al primero lo llamamos “sucio”, mientras que al segundo lo promovimos a ser un destacado animal de compañía. Sospecho que sentimos una particular culpa con nuestros puercos. A fin de cuentas, los borregos nos dan lana, las vacas leche y las gallinas huevos, pero criamos a los puercos con el único fin de matarlos y comerlos, una gran vergüenza, y una vergüenza que pronto será transferida al puerco mismo. Y además, bajo las condiciones rurales en Inglaterra el puerco en su zahúrda en el traspatio estaba, hasta hace muy poco tiempo, mucho más cerca de ser miembro de la familia que cualquier otro de los animales domésticos. Los puercos, igual que los perros, se alimentaban de los restos de la cocina de sus patrones humanos. Realmente es sacrilegio comerse a un asociado comensal tan cercano.
A diferencia a los nombres monosilábicos de los animales cercanos, al otro extremo de la escala encontramos hay una clase muy nutrida de auténticas fieras, las cuales normalmente encontramos solamente en el jardín zoológico. Este tipo de criaturas no son clasificadas como alimento potencial en absoluto. Para distinguir a estos extranjeros y colocarlos fuera del sistema social inglés les hemos dado nombres muy largos y semilatinos – elefante, hipopótamo, rinoceronte, etc. Eso no se debe a alguna perversidad escolástica, estas palabras llevan alrededor de mil años formando parte del vocabulario vernáculo.
La categoría intermedia de animales domésticos-bestias que podemos cazar para conseguir carne, pero solamente de acuerdo a ciertas reglas en determinadas estaciones del año, en Inglaterra ya es de muy limitado número. Abarca ahora a ciertas aves (por ejemplo, perdiz blanca y gris, faisán), liebres y, en algunas partes, el venado. Como ya se señaló, los conejos y las palomas son ambos marginales a esta categoría. Ya que todas estas criaturas son protegidas durante una parte del año para que sean cazadas durante otra parte del año, el nombre colectivo game (caza) es sumamente apropiado. Los antropólogos sociales han forjado la expresión joking relations (relaciones de burla) para un estado de las cosas algo similar que es frecuentemente institucionalizado entre grupos afinalmente relacionados entre los seres humanos.
Exactamente como el conejo obsceno, que es ambiguamente caza o vermin, y que ocupa un estatus intermedio entre las categorías de granja y caza (véase tabla 1), el zorro ocupa el terreno liminal entre animales comestibles de caza y fieras no comestibles. En Inglaterra la caza y la matanza de los zorros es un ritual bárbaro rodeado de tabúes extraordinarios y fantásticos. La intensidad de los sentimientos provocados por estas escenificaciones está casi más allá de la fuerza de la imaginación, y todos intentos por interferir con estas costumbres, con acusaciones de crueldad, han fracasado miserablemente. Algunos de los aspectos de la caza del zorro son lingüísticos, por lo que tienen relevancia directa para mi tema. Como suele suceder en contextos análogos en otras sociedades, encontramos que el carácter sagrado de la situación es marcado por inversiones lingüísticas, el uso de términos especiales para objetos muy familiares, etc.
Los zorros son cazados con jaurías de perros y al final de la caza se les corta la cabeza y la cola, que luego son guardadas como trofeos, pero a ninguna de estas partes se puede hacer referencia en lengua común. Acerca del zorro mismo es posible hablar, pero llamándolo perro, los erros son llamados hounds, la cabeza del zorro es una mask (máscara) y la cola es llamado brush etc Es altamente impropio usar otras palabras para señalar esas cosas.
Nutrias, venados y liebres son cazados ocasionalmente de la misma manera ritual, y aquí de nuevo los perros de caza cambian su identidad, convirtiéndose en hounds o beagles. Todo eso tiende a confirmar mi hipótesis original, que la categoría dog es en el inglés algo realmente especial.
Las implicaciones de todo eso es que, si organizamos los animales familiares en una serie de acuerdo a la distancia social del “yo” humano (tabla 1 abajo), entonces vemos que la distribución de la aparición del tabú (el valor ritual), como se indica por diversos  tipos e intensidades de restricciones sobre la matanza y el consumo, no es aleatoria. Las variedades del tabú se encuentran localizadas a través del esquema de una manera que rompe el continuo en secciones. El tabú sirve para separar el “yo” del mundo, y luego el mundo mismo es dividido en zonas de distancia social que aquí corresponden a las palabras granja, campo y remoto.
Yo creo que este tipo de análisis es más que sencillamente un juego intelectual, nos puede ayudar a entender una gran parte de nuestro comportamiento no racional. Por ejemplo, cualquier persona que tenga conocimientos de la literatura percibe rápidamente que las creencias en brujería en Inglaterra dependía exactamente de la confusión de las categorías a las cuales he llamado la atención aquí. A Las brujas se les adjudicaba una capacidad de asumir formas animales y poseer espíritus familiares. El espíritu familiar podría asumir la forma de cualquier animal, pero más probablemente aparecería como un perro, un gato o un sapo. Algunos espíritus familiares no tenían su contrapartida en la historia natural; uno fue descrito así: “con patas como un oso, pero de tamaño no completamente como un conejo”. La ambigüedad de estas criaturas fue aceptada como prueba de sus cualidades supernaturales. Como notó Hopkins, el famoso detector de brujas en el siglo XVII: “ningún mortal los habría podido inventar solo”.
Pero ha sido mi objetivo más bien plantear preguntas que ofrecer explicaciones. Puede ser que los diagramas particulares que he presentado no sean los más idóneas, pero por lo menos he logrado establecer que la clasificación de los animales que encontramos en la lengua inglesa no es de ninguna manera sencilla; no se trata sencillamente de una lista de nombres, sino un sistema complejo de identificaciones sutilmente definidas no solamente por especie sino también en tono psicológico. Nuestro tratamiento lingüístico de estas categorías refleja el tabú o el valor ritual, pero estos son solamente términos superficiales que cubren un complejo de sentimientos y actitudes y tal vez una sensación de que la agresión, como se manifiesta tal vez en el acto sexual  en el asesinato, es de alguna manera una perturbación del orden natural de las cosas, algún tipo de impiedad necesaria.

UN EJEMPLO DE FUERA DE EUROPA.
Si este tipo de análisis fuera aplicable solamente a las categorías de la lengua inglesa, entonces no sería más que un juego de salón. Hablando científicamente, el análisis es interesante solamente en cuanto abra posibilidades de que otras lenguas analizadas por procedimientos similares nos revelen estructuras similares. Una demostración por estas líneas no es fácil: uno tiene que conocer una lengua extremadamente bien antes de poder jugar un juego de este tipo. Sin embargo, vale la pena el intento.
El kachin es una lengua tibeto-birmana hablada por gente tribala en los altos del noreste de Birmania. Ya que es muy diferente de cualquier lengua indo-europea en lo que se refiere a la gramática y la sintáctica, nos debe proporcionar un buen caso para probar los postulados. Alguna vez hablaba con fluidez esta lengua, pero ya no la hablo así, pero tengo un conocimiento de primera mano de la conducta habitual de los kachin.
El kachin es esencialmente una lengua monosilábica en la que las distinciones se producen cambiando los prefijos de las palabras más que cambiando el tono, no obstante que los tonos juegan un papel, como es el caso en otras lenguas tibeto-birmanas. En consecuencia, los homónimos son muy frecuentes en esta lengua, y el arte de juegos de palabras y doble sentido es un rasgo cultural alterante desarrollado. Una forma especial de poemas de amor (nchyun ga) depende de eso. Un ejemplo bastará como ilustración :
Jan du gawng lawng sarta a lo
A la puesta del sol el badajo de la campana del ganado se menea
Mai bawt gawng un sarta a lo
El buey su cola corta y la base del badajo son movidas
Nada podría ser más superficialmente inocente que esta imagen romántica de crepúsculo y campanas de ganado. Pero el poema adquiere un tono muy diferente cuando uno se da cuenta de que jan du (el sol se pone) también significa “la muchacha viene (tiene un orgasmo)”, mientras que mai bawt (“la cola corta”) es un eufemismo común para el pene humano. El lector puede fácilmente elaborar las demás partes de la imagen freudiana.
Por otro lado, de ninguna manera se les puede acusar a los kachines ser malhablados. Casi siempre logra presentarse como escrupulosamente cortés debido a exactamente gracias a su comprensión experta del doble sentido. Pero sí, las obscenidades verbales existen, incluyendo a las que he llamado maldiciones animales, las que en particular giran en torno al perro (gwi).
Los kachines son un pueblo primitivo que vive en un terreno boscoso sobre inclinaciones empinadas. Su dieta se compone principalmente de arroz y verduras, pero crían ganado, puercos y aves. Existen solamente pocas criaturas comestibles que no estrían dispuestos a comer, aunque se niegan ante la oferta de perros, ratas y seres humanos. Los animales domésticos son matados solamente en el contexto de sacrificio ritual. Los congregados en ocasiones de sacrificios comen la carne, y los sacrificios son frecuentes. Sin embargo, a pesar de la frecuencia de los sacrificios, representan un evento sagrado (na) y existe un sentido en el cual todos los animales son sacrificados.
Hasta muy recientemente los kachines tenían una institución de esclavitud. Es una indicación de su actitud con animales más que con esclavos que clasificaron a los esclavos como yam, una categoría que abarca a tdos los animales domesticados. Es relevante también que la palabra ni, aparte de significar cercano también significa doméstico.
Los correlatos de todo eso no son sencillos. En general, cualquier cosa que pertenece a las ocasiones rituales pertenece a la categoría muy amplia de WU (U) que significa impureza, y esta tiene un gran número de subcategorías:
a pájaros
b varias especies de bambú
c criaturas clasificadas como nga – principalmente pescado y ganado
d criaturas clasificadas como wa – principalmente seres humanos y puercos
Olvidándonos de los seres humanos y los bambúes, esta es una categoría de alimentos podridos, es decir alimentos que pueden ser consumidos solamente en el contexto de sacrificio. Se diferencia de alimento común y limpio y carne (shat, shan). Otras criaturas, tales como el perro (gwi) y la rata (yu) a veces son sacrificadas, pero después del ritual los congregados por lo regular no las comen, a menos que sea como parte de algún ritual mágico. He organizado estos términos en orden de distancia social comparable al esquema de las categorías lingüísticas de la lengua inglesa en la tabla 1. Los paralelos captan la atención. Consideremos los ítems en esta tabla, leyéndolos de la izquierda hacia la derecha, o sea de muy cercano a muy lejano.
Las criaturas más cercanas son el perro y la rata. Ambos son incomestibles y fuertemente cargados con tabú. Llamar a un hombre perro es obsceno, y “yu” (rata) significa también brujería. En algunos contextos significa también pariente político por el lado de la esposa o de la madre. Por una variedad de razones estructurales que he discutido en otras publicaciones, los sentimientos de un kachin a ese mayu ni son altamente ambivalentes. La madre de mi esposa, una categoría fuertemente incestuosa, es ni, que significa, como ya lo vimos, cerca y doméstica.
Ya hemos considerado los animales que son comestibles solamente si han sido sacrificados. Estas criaturas de granja son mucho más íntimamente identificadas con el yo que es el caso en Inglaterra. Son tan humanos como los esclavos, y todas viven en la misma casa que su patrón. El término wa (puerco) significa también hombre, padre, diente. Es realmente una parte de “mi”.
En el esquema inglés sugerí que los animales de caza ocupan la misma posición estructural en términos de distancia social que las esposas potenciales. En el caso de los kachin, la categoría de animales que son comparables a los animales ingleses de caza son los animales del bosque que son cazados por su carne. Viven en el bosque (nam) Los kachin tienen una regla prescriptiva de matrimonio que obliga a un hombre a casarse con un mujer de cierta categoría; esta categoría es también nam. Pero en otros aspectos el caso de los kachin es opuesto a la situación inglesa. Un inglés puede escoger con toda libertad a su esposa, pero tiene que escogerla más allá de la categoría de prima hermana. Pot otro lado, caza sus animales según reglas muy precisas. Los kachin, al contrario, tienen de antemano definida la categoría de sus posibles esposas y, como la primera opción, debería escoger una prima hermana (la hija del hermano de la madre). Pero no está sujeto a regla alguna cuando caza en el bosque.
Los animales que proporcionan carne y son cazados son principalmente venados de varios tamaños. Los más pequeños se encuentran cerca de la aldea. Como en el caso del conejo británico, esos son considerados como vermin al mismo tiempo que caza, ya que moran y cazan en los campos de arroz. Los animales más grandes se encuentran en la selva profunda. Hay venados de las cuatro categorías: hkyi y tsu son ambos especies pequeñas que viven cerca de la aldea, shan y shat son criaturas grandes que viven lejos de la aldea. Todas estas palabras tienen significados homónimos: hkyi: feces, mugre, tsu: un espíritu humanos desencarnado, un fantasma, shan: comida ordinaria (limpia) de carne, shat: comida ordinaria (limpia) de cualquier tipo.
Así que el patrón es bastante consistente. Los animales más remotos so los más comestibles, y como se reduce la distancia social también se reduce la carga de tabú de los significados homónimos de las palabras asociadas.
Sin embargo, la situación general no es tan sencilla. Abundan monos de muchos diferentes tipos. A veces son comidos, ocasionalmente son domesticado como animales de compañía y se postula que su sangre tenga cualidades afrodisíacas mágicas. Aparentemente se piensa de ellos como bestias más que como animales cercanos al hombre, como el pequeño venado tsu. Un mono es woi, un término que significa también abuela. El estatus de la araña es muy similar. La araña figura de manera importante en la mitología kachin, pues fue la muerte de una araña que causó que el hombre fuera mortal. Las arañas son cazadas y comidas, pero una vez más el atributo es ambiguo. Las arañas son mai pero, como ya hemos visto, mai significa también pene.
Además, como crece la distancia, finalmente alcanzamos, como en el inglés, una categoría de criaturas desconocidas y, en consecuencia, no comestibles, y el sistema es revertido. Hay dos grandes bestias de la selva que los kachin comunes y corrientes conocen, pero raras veces las ven. La primera es el elefante, que se llama madwi, pero también gwi. Eso puede parecer raro, ya que gwi también significa perro, pero es muy similar del caso del zorro macho, que ls ingleses llaman dog, perro. La otra es el tigre (sharaw, raw) que es el prototipo de todos los monstruos fabulosos. Numraw, literalmente tigre mujer, es una criatura que figura prominentemente en la mitología kachin. Ella (?) tiene muchos atributos del esfinge en el cuento de Edipo, un horror omnívoro de sexo dudoso, mitad hombre, mitad bestia .
Este sistema general, que es mostrado en la tabla 3, ciertamente no es idéntico al sistema que encontramos en el inglés. Pero es con mucha claridad el mismo patrón general, y las similitudes parecen demasiado estrechas como para ser el producto de un mero accidente, como se entendería esta frase por lo regular, o los prejuicios obsesionadas de mi en cuanto investigador. Yo sugiero que las correspondencias son por lo menos suficientes para justificar un estudio comparativo más a fondo Por otro lado, acepto que es fácil dejarse demasiado fácilmente convencer por este tipo de evidencia, especialmente cando se trata de una lengua como el kachin, en el cual la incidencia de homónimos es muy alta.
Escribiendo acerca del inglés sugerí que hubiera una correspondencia entre la secuencia de relaciones de sexo: hermana (incesto); prima (relaciones prenupciales posibles, matrimonio no); vecina (matrimonio posible); forastero (matrimonio imposible), y la “secuencia de edibilidad” que se explaya en la tabla 1. ¿Hasta qué grado encontramos la misma correspondencia en el kachin? ¿Cómo hacemos esta comparación? La dificultad es que los kachin tienen un sistema de parentesco totalmente diferente del inglés. Las hermanas auténticas son una categoría fuertemente incestuosa pero hermanas clasificatorias remotas de clan son personas con las cuales relaciones sexuales son posibles, pero matrimonio no. La hermana mayor es na, y la hermana menor es nau. Los homónimos son na, una fiesta sagrada, una ocasión en la cual se hace un sacrificio ritual; y nau, una danza sagrada que se lleva a cabo en las ocasiones na, acompañando al sacrificio. Eso encaja perfectamente en mi tesis, pues ahora podemos traducir mi tabla 3 en relaciones humanas, a diferencia de relaciones animales (tabla 4):
Tabla 4: Categorías kachin de relaciones humanas




Puede ser que todo eso sea demasiado bueno como para ser cierto, pero pienso que merece una investigación más detenida.
Aquellos que desean tomar en serio mi argumento podrían bien considerar su relevancia para el libro más notable de Lévi-Strauss: La pensée sauvage (1962). No obstante que aquella obra me fascina, he sentido también que falta alguna dimensión en su argumento. Tenemos que tomar en cuenta no solamente que las cosas en el mundo se pueden dividir en cosas sagradas y cosas no sagradas, sino también que es posible hacer una distinción entre cosas más sagradas y cosas menos sagradas. Y también en las clasificaciones sociales es insuficiente contar con una discriminación y-el, y nosotros-ellos, necesitamos también una escala gradual cercano-lejano, similar a mi-menos similar a mi. Si se encuentra que este ensayo tengo un valor duradero, será porque representa una expansión de la tesis de Lévi-Strauss en la dirección que indiqué.


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
Hanson, O. (1906). “A Dictionary of the Kachin Language”, Rangoon.
Lévi-Strauss, C. (1962). “La Pensée Sauvage”, Plon.
Partridge, E. (1949). « A Dictionary of Slang and Unconventional English », 3rd. Ed., Routledge & Kegan Paul
Postman, L. (1961). “The Present Status of Interference Theory”, en Charles N. Cofer (ed.). “Verbal Learning and Verbal Behavior” McGraw-Hill.
Wentworth, H. & Flexner, S. B. (1961). “Dictionary of American Slang”, Crowell.

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